viernes, 29 de junio de 2012

Vomitar


Necesito vomitarme a mi misma, hacerme un centrifugado de lejía que limpie toda esta mierda mal colada que se me remueve cual cocido de pata de loro mal guisada. Remojarme en el fango cagado del ultimo puto cadáver cavernícola que piso la esencia de la felicidad. Arañar la sangre que me mantiene viva hasta conseguir sacármela entera y pintarla de colores fosforescentes para meterla en un biberón y tomarla como un bebe recién nacido. Acomodar mis manos en otras suaves a las que les haga una ilusión terrible sentir mi tacto. Dormir en el abrigo de un alma que al despertar quiera verme sonreír. Abrazar con ternura el final del dedo gordo del pie izquierdo de aquel, a quien mirarme le alegre. Clavar con dos pequeños alfileres bañados en arsénico los ojos de aquel que intentó destruir mis ilusiones. Morder con colmillos en forma de cuchillos afilados el cuello de quien me hizo dejar de creer en mí. Despedazar con garras el cuerpo, viejo y engreído de aquel que busco en mí odio hasta hallarlo, y clavarle trocitos de cristal entre la uña y la carne mientras le chillo al oído inmovilizándolo en un silla. Dejarme llevar por las ganas de besar, de acunar, de querer cuando me siento tan pequeña e inocente que el viento mismo podría herirme. Tocar con mis rodillas el desequilibrio más recóndito del alma más pura y llevarla hasta él, para caer por el mismo y llegar a un lugar de colores, lleno de paz, llena de todas las cosas que me hacen coger aire llenándome los pulmones de ganas de vivir, intoxicando mi cuerpo de purpurina en forma de felicidad que encoja mis músculos faciales dibujando una sonrisa de perlas blancas. Y que sera intachable, intocable, indestructible,inalterable, invulnerable, inmune, irrompible, fuerte, firme, eterna, fija, constante, persistente...¡Que sea! Y que nunca mis dedos paren de escribir, que sigan abriendo en cualquier parte de mi cuerpo para dejar que mi alma salga a dar un paseo por las letras de mi escritura.