Soy tan solo un águila herida que vuela alto, pero temerosa. Sus alas tienen agujeros, sus ojos gotas de lluvia, su mirada no busca presas, mira al horizonte tratando de ignorar su alrededor. Su rumbo no se ve afectado por el calor, el frio, o la lluvia, simplemente trata de volar recto, y sola. Se protege de su alrededor y se encierra con su mayor enemigo, ella misma.
Teme los otros puntos de mira, el sonido de otras águilas, la ayuda de otro pajaro igual...teme la compañia, pues por ella es que vuela herida. A su alrededor existe un muro inquebrantable construido con los recuerdos del pasado, que no deja entrar a nadie mas, lleno de tristeza en su posión mas pura. Un muro amargo...de pronto invadido por la dulzura del chocolate...Irresistible para la insasiable hambre del águila...lo prueba, una y otra vez, vuelve a descubrir la felicidad de una dulce compañia...pero el miedo la mata por dentro
"Déjate querer"
Interesante, ya que esto se puede superponer en la vida de algunas personas que conocemos tanto tu como yo, aunque algunas se quedan en el camino y no prueban el chocolate para no volver a caer en un lugar donde ni volando se puede escapar...
ResponderEliminar¡Estoy harta del puto chocolate!
ResponderEliminarPues pasa del chocolate y busca otras cosas que endulcen tu vida, algo asi como la miel.Pero no tiene que ser algo dulce para poder enamorarte de ese nueva sabor no crees¿?
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