lunes, 23 de mayo de 2011

Hoy

Hoy me bajo de la locura del tren de tus caprichos, abandono el color de tus ojos, la profundidad de tu sonrisa. Amargo los recuerdos sin quererlo, y olvido las palabras que tenia tatuadas, sin necesidad de vendar mis heridas, que pronto terminaran de curar. Hoy, diferencio la belleza de la luna de la tuya, tacho de mi futuro tu nombre, de mi esperanza tu alma, de mi mente tu concepto. Hoy, echo de mi cuerpo tu tacto, desahucio de mi piel tu calor, prohibo en mi tu simple presencia. Hoy le doy las maletas a tu recuerdo, y lo invito a marcharse, sin necesidad de despedirme, sin ganas de volver a verte. Hoy decido que no seas tu la primera persona a la que amé sinceramente, no te quiero en vida como el alma de la que me enamore por lo que esa alma era, y no por lo que me hiciera, cuidara, o quisiera. Hoy, declaro esta fecha como el fin de mis lagrimas por ti, hoy acabo con lo que quedaba de ti en mi, hoy...hoy te olvido

sábado, 21 de mayo de 2011

La Casa de Bernarda Alba

Movida por el sonido de una triste guitarra que desgarra su alma en cada actuación, y arropada por un único foco blanco que alumbra a la misma, la Casa de Bernarda Alba cobra vida. Se extiende a lo largo de diez metros de un negro escenario, y su esencia pervive como una niebla entre las bambalinas, se desliza como el vapor escaleras abajo hasta los camerinos e invade el alma de estas mujeres sin hombre que día tras día durante una semana se transforman en angustia, amargura, esperanza, autoridad, encierro, locura, pasión...y se vuelven en palabras del autor horrorosamente trágicas.
Ellas, durante una semana madrugan junto con el, se encuentran en una esquina en la que ellas mismas están retratadas, y entre la felicidad de estar durante dos días en el periódico y los nervios de lo que dos horas después sucederá, se sientan frente a un espejo lleno de luces y comienzan a maquillarse. Poco después llegan las otras dos mujeres de el, y comienza el caos. Se oyen gritos, risas, se palpan los nervios, se desnudan y se visten, y se produce la difícil a transformación que las hará brillar de tragedia. Apagón de luces, se vacía los camerinos y quedan solo ellas. Comienza la concentración, rueda lagrimas, tragan agua, calientan la voz, se encierran a escuchar música, repasan el maquillaje...Luego baja él, las emociona con sus palabras, las coloca en circulo y mano sobre mano chillan un "MIERDA, MIERDA, MIERDA". Se oyen los murmullos del público, las pisadas de ellas en los escalones, se abrazan y de pronto...simplemente comienza la magia. Cambian sus nombres, su edad, su aspecto...comienza a sonar la guitarra, y retumba la descripción mas hermosa del teatro que se ha escrito jamás pronunciada por la profunda voz masculina de él. De pronto se hace la luz, y el tiempo, pillo, se acelera. Por el escenario pasan feroces y fugaces algunos visitantes, la ira, la pasión, la angustia, la autoridad, la amargura, el martirio, la locura... Entre bambalinas ellas son una especia de mezcla entre su propio ser y el que serán cuando el foco ilumine sus caras...y es ahí, entre bambalinas donde mas se ríe, se pasa nervios, se corre, se murmura, se gastan bromas y hasta se baila...De pronto estamos todas dentro, abrazadas, sonreímos, y regalamos lagrimas a la felicidad. Se hace de nuevo la luz, y corremos a saludar...La emoción que recorre sus cuerpos en ese momento tiene un solo nombre: FELICIDAD...
Luego el truco de magia se acaba, bajan a los vestuarios, se despintan, se cambian de ropa, y abandonan el teatro dispuestas a volver a sus vidas. Pero no mueren sus personajes, pues ellas viven Bernarda Alba, La Poncia, La Criada, Prudencia, Angustias, Martirio, Amelia, Magdalena, Adela, y Maria Josefa...en el director quedan ellas y en ellas el DIRECTOR.