Hay momentos en los que la boca de mi
botella estalla en mil pedazos que arañan todo mi cuerpo, salpicando
a quien pille al lado. Y conforma así el que llamo “uno de esos
días” que probablemente son los momentos de sinceridad con uno
mismo, de entenderte, de encontrarte y de quererte. Me encuentro
pequeña refugiada y arañada dentro de mi misma, y a base de alcohol
y gasas trato de sacar cada pequeña agujita que se ha ido estancando
a lo largo de mi cuerpo. Me mimo, me curo, y me expongo de nuevo. Es
el ciclo de la vida en sí, me digo. Y sigo hacia adelante. Aún no
lo he intentado todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario