Imagíname a mi escribiéndole a alguien anónimo que ni siquiera se si existe...pues no imagines, porque lo estoy haciendo...
Ayer, mientras cumplía mi “retiro espiritual” en casa de mi familia en medio del campo, vi la película “Julie y Julia” (bueno vi esa y 6 mas), deberíais verla. Según terminó la película nos levantamos las 4 primas e hicimos dos postres de chocolate. Yo, con la ayuda de mi prima la pequeña, hice brownie. Estaba increíble, aunque me quedo demasiado esponjoso. Luego subieron: mi abuelo,mi abuela, mi tío, mi tía, mi otra tía, mi madre, y mi padre, y los 11 de siempre, a falta del 12, que estaba trabajando, disfrutamos de los postres hechos por “las niñas”. Reímos, hablamos los 11, nos felicitaron y nos embostamos de chocolate. Después mis padres se fueron a casa, yo me quede en casa de mi tía, y mis abuelos bajaron a la suya, que es una huerta mas abajo. Bueno, como iba diciendo, vi esa maravillosa película en la que una de las dos protagonistas tenía un blog, y escribía a la nada, sin importarle casi que alguien la leyera o no, y me dije...¿y si escribiera no solo mis reflexiones sino también la cotidianidad de mi vida? Pues al fin y al cabo es la cotidianidad donde vivimos. Así que, abro un nuevo capitulo de mi blog, en el que trataré de incluir mi vida semidesnuda, y si hay otras pantallas en el mundo que abren el link que conduce a vuestros ojos a leer mis palabras, os informo de que estaría absolutamente encantada de recibir comentarios al respecto, y además lo podréis hacer de manera anónima, pues he preparado para ello la configuración del blog. Si, puede que sea la mayor estupidez que se me haya ocurrido en meses, pero este es mi tiempo de hacer estupideces, sino, ¿cuando las haré?
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